martes, 13 de diciembre de 2016

Que se quede.

Llega ese momento en el que recuerdas cada segundo en el que os hacéis felices. Recuerdas cada minuto riéndoos a carcajadas, la típica risa que te da dolor de tripa, esa que te contagia ella. 
Se me viene a la cabeza la imagen de estar tiradas, viendo la vida pasar, sin que lo demás importara, pasando de todo y siendo solo nosotras. Porque pasar de todo para ser felices es lo que importa. 
Y es que no dudo en absoluto del amor, de hecho, es de las mejores cosas de la vida, si no la mejor. Y qué feliz que es uno cuando tiene lo que quiere, lo que necesita día a día está a tu lado y qué importa lo demás, joder. 
Muchos no saben lo que es el amor, no saben lo que es querer estar con una persona, lo que es querer pasar tiempo con ella, pero yo, yo me sé de memoria todos y cada uno de los segundos que ruego que ella se me interponga en mi tiempo para poder ser, estar y permanecer en ella, formando lo que siempre hemos querido, viviendo como lo hemos imaginado, y NUNCA dejar de salirnos de este pequeño camino que cambió mi vida.
No sé si es consciente de ello, pero ella cambió mi vida, ella lo es todo, es ELLA, y es única. 
No sé, pero por favor, díganle que se quede, aunque sea un ratito más, que se quede, que prometo llevarla a las estrellas con tan solo una mirada.

jueves, 24 de noviembre de 2016

El experimento.

Ese instante en el que el experimento de treinta segundos se había convertido en toda una vida... Porque la mirabas a los ojos y no pensabas en otra cosa más que en quedarte a vivir ahí, en su mirada, presa de sus ojos, como si eso solo fuera el único lugar donde me encontrara a salvo; pero no era el único: también podíamos destacar el brillo que tenían sus ojos, o esa pequeña gran sonrisa que se dibujaba en su rostro.
Los pequeños detalles hacen grandes momentos, y es que ella había conseguido con tan solo treinta segundos, ponerme los pelos de punta, ponerme nerviosa y hacer que me mordiera el labio como vía de escape.
Parece que no se da cuenta, pero mi única vía de escape es ella y las miles de constelaciones que forman sus lunares al unirlos.
Joder, que la miro y se que es ella, que con cada destello que desprenden sus ojos quedo hipnotizada, como si de un hechizo se tratase. Entonces, en ese preciso momento, me veo con ella, donde sea, pero de su mano, pero NUNCA sin dejar de dedicarnos ninguna mirada.
No quiero que nadie me mire como tú lo haces, no dejes de mirarme NUNCA.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

No quiero que me sueltes.

(N)o sé qué sería de mí sin ti, sin tu todo...
(O) me volvería loca, o me perdería lejos...
(Q)uererte es muy poco comparado con lo que siento por ti.
(Ú)nicamente... Sólo te necesito a ti para ser y estar.
(I)ría donde hiciera falta por estar a tu lado.
(E)res la suerte de mi vida, mi todo, mi apoyo, mi pilar fundamental... Eres tú.
(R)aro, ese sentimiento que alberga en mi cada vez que no estoy contigo.
(O)torgame, regálame un instante que voy a contarte bajito todo lo que siento para poder quedarte conmigo un ratito más.
(Q)uiero sentir tus caricias en los momentos flojos...
(U)nir todos tus lunares formando una áurea boreal donde perderme cada vez que me encuentres.
(E)ntonces me miras y encuentro en ti todo lo que NUNCA imaginé.
(M)iedo de perderte, de que te vayas y me dejes como un vagabundo.
(E)n donde sea, pero contigo. [Aquí y ahora; 1%]
(S)alir corriendo juntas por la calle tras ver pasar el bus, y otras sensaciones que me encantan solo contigo.
(U)tilizar nuestro dinero para hacer miles de viajes juntas.
(E)stamos aquí y ahora, lo demás que más te da.
(L)ejos, donde nadie pueda encontrarnos, ahí quiero perderme contigo.
(T)e robaré todos los besos posibles para que cada uno tenga una magia diferente.
(E)rizame la piel con tal solo uno de tus susurros diciéndome que me quieres.
(S)ilencio entre mirada y mirada que lo dice todo sin falta de palabras.

Tal vez nunca te hayas encontrado con alguien tan pesada como la persona que está escribiendo esto, pero tengo miedo de perderte, de no ser, de no estar, tengo miedo de que desaparezcas, de que te vayas, de que me sueltes la mano y no vuelvas... Tengo miedo a tu huida por la puerta de atrás, a que te vayas sin más, a que un 'adiós' nos separe.
Tengo miedo, porque tú lo eres todo: la suerte de mi vida.
Y no quiero dejar de tener suerte.

martes, 6 de septiembre de 2016

Te necesito.

Nada es lo mismo sin ti.
Me ahogo en mi propio mar de deudas que tengo con ella, pero se que no puedo salir a flote si no es ella quien me da el pequeño empujón que necesito.
Las sábanas empapadas, y una noche más a la luz de la luna rogando que vuelva. Y ya no sé si será la magia que tiene su mirada que me trae loca, ya no sé si será ese olor suyo que me hace enloquecer, pero me tiene hechizada.
Que no necesito nada más que sus abrazos para calmarme en un vaivén de ida y venida. Que no necesito nada más que uno de sus abrazos para calmar este dolor que siento dentro. Que no necesito nada más que estar un rato -toda una vida- a solas con ella, y sentir, por fin, que eres todo lo que nunca imaginé, pero que se hizo realidad.
No sé, solo un ratito más, pero acogeme entre tus brazos.
Te necesito, piensalo, piensanos.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Mañana contigo.

Tal vez algún día tenga que hablar de ti como el huracán que puso mi vida patas arriba y se fue, se fue dejando mi piel en escombros. Tal vez algún día te miraré y tu estarás divagando en otros cuerpos que no será el mío. Pero me gusta hablar de ti en presente y en futuro, no me gusta mirar al más allá si no es de tu mano.
Hoy hablo de ti como ese huracán con nombre de piedra preciosa que llegó para erizar mi piel cada vez que te miro a los ojos y clavas tu mirada en mis labios.
No me gusta hablar de accidentes porque siempre hay algún herido, pero cuando tropezó mi cadera con la tuya supe que no me valía otra que no fueras tú.
Y ahora, ahora es el momento de gritarle al mundo que quiero veinte mundos contigo. Ahora es el momento de susurrarte al odio que no quiero nada si no es de tu mano. No quiero perderme en otra mirada que no sea la tuya, y... Mi piel no quiero que se estremezca si no es por los nervios cinco minutos antes de verte.

No me sueltes porque yo no pienso irme, sólo pienso en un mañana contigo.

domingo, 13 de marzo de 2016

Coraza.

La mente nos traiciona, nos juega malas pasadas.
Un día rompes la coraza, otro día la echas de menos. A la coraza también.
Entonces solo queda un cuerpo desnudo, lleno de miedos e inseguridades que no te dejan avanzar. Una persona que siente no ser suficiente, una persona llena de culpabilidad, de no saber hacer las cosas bien y, directamente, no hacer nada porque siempre la caga.
Ahí es cuando sientes ese dolor, un dolor interno y profundo que te cala los huesos, irónico que el día este soleado. Pero cada vez duele más.
Y yo que decía que sin coraza tampoco se pasaba demasiado frío, ahora la echo de menos cuando el dolor se vuelve hielo clavándose aquí dentro.
La mente, a veces nos traiciona, pero lleva razón.