domingo, 13 de marzo de 2016

Coraza.

La mente nos traiciona, nos juega malas pasadas.
Un día rompes la coraza, otro día la echas de menos. A la coraza también.
Entonces solo queda un cuerpo desnudo, lleno de miedos e inseguridades que no te dejan avanzar. Una persona que siente no ser suficiente, una persona llena de culpabilidad, de no saber hacer las cosas bien y, directamente, no hacer nada porque siempre la caga.
Ahí es cuando sientes ese dolor, un dolor interno y profundo que te cala los huesos, irónico que el día este soleado. Pero cada vez duele más.
Y yo que decía que sin coraza tampoco se pasaba demasiado frío, ahora la echo de menos cuando el dolor se vuelve hielo clavándose aquí dentro.
La mente, a veces nos traiciona, pero lleva razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario