Como decía Loreto 'era guapa, guapa de cojones', a diferencia que tú hasta lo eras por dentro. Qué manera tan peculiar tenías de hacerme reír como un niño de tres años con su coche nuevo, pero sin ser un juguete, ni esto un juego.
Contigo parecía todo una noria, dando vueltas siempre te encontraba en mi cabeza, hasta que te miraba de frente y me di cuenta de que los imposibles no existen, solo son improbables.
-Ahora imagina que eso también es presente-.
Aparecías de frente, mi avión apunto de aterrizar, pero yo cambié de destino sin saber que tendría un trágico final.
Aquellos momentos tan mágicos, esa mirada con la que (me) hacías magia, por no hablar de esas piernas de vértigo donde podría perderme una vida de esas que tienen los gatos. Porque ojalá ser uno de ellos, para perder mis sietes vidas contigo.
Esta loca sin cuerda, aún sigue estando colgada, y tal vez el miedo del suicida segundos antes de su muerte, es lo que siento yo cada vez que pienso en perderte. Pero algo se congela en mí, y joder, le gritaría al mundo que se quedase quieto, solo por verte una vez más, solo por olerte una vez más y poder decirte que no creo en las casualidades, que el destino hace de las suyas, y que yo quiero que me hagas tuya.
jueves, 28 de septiembre de 2017
Me quedo contigo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario