sábado, 28 de junio de 2014

Otoño y su despedida.

Despertar,
verte a mi lado,
suspirar por tenerte.

Desayunar(te),
entre sábanas arder,
entre gemidos mudos.

Marcharse,
como si nada de esto hubiera surgido,
como si el tiempo no sufriera al vernos rotos,
o como si nosotros no estuviéramos rotos al no parar el tiempo.

Volver,
romper la cama –sin ti-,
como el otoño rompe las ramas.

Y volver a marcharse, al igual que un día hiciste tú,
dejándome sin amanecer, sin desayuno, y sin ganas de vivir.

viernes, 6 de junio de 2014

Vía de escape.

Volver a ese instante, 
volver a ese momento en el que te tenía entre mis brazos, esos últimos minutos de vida en los que me despedí de ti, o volver a esa simple mirada que se quedó clavada en mí.
Y es que esos últimos minutos de vida también lo fueron para mí, porque desde que te marchaste no me siento con ganas de nada, solo con ganas de ti. De volverte a ver, de tener tus caricias y buscar, contigo, una forma de evadirme del mundo. Entonces es cuando ahí me doy cuenta que tú eras mi mundo y ese verbo también se conjuga en presente, 
porque aún lo sigues siendo.


Y sin darme cuenta, así pasan las horas, los días, las semanas; así me paso yo las clases pensando en el modo de volver a verte algún día, cuanto antes, porque nadie se hace una idea de todo lo que te necesito, y, a lo mejor, esa forma de llegar a ti es por la ventana, 
quien sabe. 

domingo, 1 de junio de 2014

Una cena, por favor.

Esa cena que me preparas cada viernes empezando a darme los primeros gramos de felicidad, de besos... Cuando me coges de la mano y hacemos que el mundo sea nuestro, que todos se nos quedan mirando pero... ¿y qué? Somos felices, nos tenemos, qué más da lo que diga la gente. Y después, cuando te quedas mirándome y sin venir a cuento me das un beso seguido de un 'te quiero' que pronuncian tus labios en forma de susurro y al abrir los ojos miro los tuyos y me fijo en tu sonrisa que me da la vida... O al despedirnos, que ya es costumbre llegar tarde por quedarme abrazada a ti, por no querer soltarte nunca, por no querer que te vayas de mi lado, y es que nada más irte ya te estoy echando de menos.

Yo siempre me quedo con hambre, con las ganas del postre, pero esta noche es diferente, amor.
Tú no te me vas a ir, hoy eres mía y esta noche seremos nuestras, juntas seremos una.